27 ene 2014

Incompatibilidad sexual. Parte II: Guerra de sexos

Ante todo he de empezar diciendo que lo que he escrito hoy no lo he hecho con el propósito de generalizar, si no que todo surge de la experiencia propia. Eso sí, en esta guerra que yo mismo he establecido entre los dos sexos, el hombre cuenta con una baza a su favor, pues básicamente lo escribo todo desde mi punto de vista, como siempre vamos. Pues bueno, menos rollos y que dé comienzo esta particular batalla.

Mujer:

-  Me enfado, y tú vienes de pesado a pedirme perdón como un loco.
- Tú te enfadas, lo cual no me gusta, y entonces yo me enfado más.
-  Se me pasa el enfado y te echo de menos. Decido ser la persona más dulce del mundo.
- Me gustan los malotes y aunque sé que pueden acabar haciéndome daño, no me importa, me ponen más y es lo que deseo. Eso sí, después me lamento por no conocer nunca a un chico dulce, atento y que me tenga como a una reina, aunque es cierto que eso me acaba aburriendo.
- Quiero que espabiles y no te quedes ahí parado, pero no te pases, no quiero tener a un salido a mi lado.
-  Tú siempre tienes que dar los primeros pasos.
- Quiero que seas un tío seguro de ti mismo.
- Me gusta cambiar de opinión constantemente.
- Me encantas.


 Hombre:

- Te enfadas y me vuelvo loco para que me perdones, aunque quizás solo vaya a empeorar las cosas así.
-  Me enfado, tú te enfadas sin razón y al final yo acabo disculpándome por algo que no he hecho mal.
- Me dices simplemente “perdón, te quiero” y no puedo negarme a quererte con todas mis fuerzas.
- Va en mí ser buena persona y me encanta entregarme en todo, pero claro, si no soy lo suficiente cariñoso no te gusto, ahora si lo soy como quiero serlo, porque pienso que eres lo mejor que tengo, te agobio y tampoco te gusto.
- Quiero ser dulce contigo, pero al mismo tiempo no puedo sacar la imagen de tu cuerpo enredado  entre mis sábanas.
- Siempre tengo que saber cómo dar los primeros pasos, pero sin liarla. Si no, adiós.
- Quieres que esté seguro de mí mismo, pero no sé qué coño se te pasa por la cabeza.
- Pareces bipolar.
- Me encantas.

18 ene 2014

Incompatibilidad sexual

Durante toda mi vida he escuchado frases como "qué complicadas son las mujeres", o "no hay quien las entienda" unas "cinquicientas" veces, e incluso las he dicho, pero ¿y los hombres?, ¿acaso no somos nosotros complicados también?, ¿por qué no se nos tiene en cuenta? Vayamos por parte pues.

En primer lugar, me encanta ese rollo que tienen las tías de "hacerse las duras" cuando conocen a un tío, con el nada gracioso fin de que éstos les insistan hasta límites insospechados, o hasta que ellas muestren algo de interés, lo que sea más corto. Pero aquí es cuando surge el dilema, pues desde que una tía siente que te tiene de rodillas ante ella, se cansa, se cansa y le aburres; se cansa, le aburres y pasa de ti como si no existieras, como si no te conociera de nada. Estos efectos se contrarrestan con una dosis de ignorancia por parte de él, lo que genera que se reavive esa curiosidad de la mujer, siempre y cuando le importes algo, si no, es mejor que te vayas olvidando del tema.

Ahora vayamos al mundo masculino, para nada extenso dada la simpleza de nuestro género, según la sociedad. ¡Y una mierda colega! Por ejemplo, ante la cuestión anterior, un hombre puede reaccionar de tres formas diferentes: insistiendo hasta la saciedad, llegando a hacer el ridículo; intentando llevarse a la tía a su terreno de formas varias, con éxito o no; o lo que suelo hacer yo, aburrirme y mandarlo todo a la mierda, para que después de unos meses me diga a mí mismo "chacho eres subnormal, pero si era un pibón, ¿cómo pudiste pasar de ella?". Pues pasando y listo, sin trajines ni quebraderos de cabeza, sin volverte loco para que al final no pase nada, o sin exponerte a sentir algo más que después sea capaz de hacerte daño.

No soy muy amante de la caballerosidad y siempre lo he dicho, eso se perdió cuando llegaron los feministas con la igualdad de género. Pero sí es cierto que, por suerte o por desgracia, poseo un visión algo clásica en ese sentido, no sé si por mis raíces latinas o por el calorcito que tenemos siempre en la isla, que facilita que la gente sea más pasional, no sé, pero para mí la mujer siempre debe ser tratada como una reina, pues ellas son capaces de sacar lo mejor de ti, de rescatar los sentimientos más enterrados en tu ser. Son musas de carne y hueso que caminan entre nosotros e iluminan tus días.

En vista de que esta entrada se ha extendido más de lo que pensaba, como de costumbre, y de que aún me faltan cosas por expresar, no desesperen, en una semana o dos espero colgar una segunda parte. Sean felices hasta entonces y mientras tanto aprendan a ponerse en la piel del otro.

P.D.: Me gustaría que el Blog fuera un poco más participativo y comentaran las entradas a partir de ahora. Puede hacerse de forma anónima si se quiere, y toda opinión sobre el tema es válida, pues incluso las críticas, buenas o malas, siempre serán bien recibidas. Recuerda que la riqueza del conocimiento reside en conseguir ver el mundo a través de los ojos de los demás