Hoy día 20 de marzo, un año más, ha comenzado la primavera, una época en la que la naturaleza saca sus mejores galas y nos deja ver de lo que es capaz de hacer con un poco de agua y sol.
Es una época donde se respira un algo diferente, especial. Las emociones brotan y la pasión suele nublar a la razón. Los días parecen que se diseñan para que cada proyecto que tengas en mente se lleve a cabo, para que todas las ganas que necesites surjan de forma descomunal.
La primavera dibuja sonrisas en la cara de la gente, inunda de felicidad y despierta la creatividad de aquellos que suelen dejarla dormir el resto del año. La primavera extiende sus raíces sin importar lo que tenga por delante, brota en cualquier lugar y en cada uno de nosotros, sin que podamos oponer resistencia.
Sal ahí afuera, súbete a una montaña, corre por el campo, entre los árboles, disfruta de un simple picnic con quien quieras. Deja que la primavera te invada, llene tus pulmones y alcance tu cerebro. Disfrútala, puede que este año sea diferente.
Después de todo, el chico y la chica, los dos chicos o las dos chicas, consiguieron entenderse, se dieron cuenta que estaban echos el uno para el otro, que a pesar de sus diferencias ambos eran personas que buscaban el amor incondicional, anteponiéndolo todo el uno por el otro.
Para ambos, la persona que estaba a su lado era perfecta, conocían cada uno de sus defectos, odiaban algunos de ellos incluso, pero eso no impedía que se siguieran valorando cada cual como un diez, un diez alto.
Pasaron por otras relaciones, otras experiencias. Sufrieron y lo superaron. Se dieron cuenta que no todas las personas estaban echas para ellos, pero le dieron las gracias al destino, la suerte, una fuerza divina, la vida o como quieras llamarlo, por haber conocido a la persona a la que ahora amaban. Pues a veces una casualidad, un momento, un lugar, un accidente, pueden hacer que conozcas a ese alguien con el que vas a compartir el resto de tus días.
La vida es muy corta para estar perdiendo el tiempo en juegos tontos. No digo que salgas a buscar el amor por cada esquina, cada azotea o cada ventana, ni que le des una oportunidad a toda persona que conozcas, pero sí que luches por aquella que pienses que pueda hacerte feliz. No te estés con rodeos, no confundas a esa persona, dale a entender lo que quieres, deja de sufrir por los efectos del pasado y ábrete al mundo. Hay una gran persona esperándote ahí afuera.
El amor no es una guerra, la propia palabra ya lo dice, aunque es cierto que a veces puedan surgir complicaciones, pero si de verdad es algo que te importa seguramente lucharás por mantenerlo en tu vida.
Los que me conocen saben que no suelo ser cursi, es más, es oír hablar del amor y la sensación de urticaria se apodera de mi cuerpo. Pero a la pregunta de si alguna vez he amado de verdad, con bastante anhelo he de responder que sí, una vez. Fue bonito mientras duró, y cuando lo superé comprendí muchas cosas, pues de todo siempre se saca algo positivo.
Ahora mismo estoy en una temporada de mi vida donde todas esas sensaciones que sentí las estoy empezando a echar de menos y sí, puede que me esté volviendo a abrir al amor, no estoy completamente seguro. Lo que sí tengo claro es que a todas aquellas parejas que permanecen unidas he de darles mi enhorabuena y solo puedo aconsejarles que se cuiden mutuamente, que pasen cada día juntos con la misma ilusión como en el día en que se conocieron. Y al resto que no desespere, hay alguien ahí afuera esperándote mientras acabas de perfeccionarte para él o ella, pues cuando llegue el momento, estés donde estés, sabrá que tú eres esa persona que ha estado esperando toda su vida, y tú, también lo sabrás.
De esta forma llega a su fin "Incompatibilidad sexual", un pequeño proyecto de tres partes con el que he disfrutado tanto escribiéndolo, como viendo las reacciones de la gente de mi alrededor al leerlo, e incluso me he sorprendido con el número de visitas a estas entradas, lo cual no me esperé en ningún momento. Espero también que lo hayáis disfrutado tanto como yo y que seáis felices rodeándoos de amor, o esperando con esperanza a que éste llegue.