2 mar 2015

Why do I want you wanna stay?

Hace poco más de dos semanas, una amiga me pasó una publicación de un blog, en la que se hablaba de una nueva especie en auge. Hablo de los llamados "solteros exigentes".
Y es que es cierto que en pleno siglo XXI, las relaciones ya no son como las películas, sobre todo las de Disney, nuestros abuelos o incluso padres, nos las han contado. El amor de la época actual tiene gran diversidad de formas, a cada cual más rara, y las relaciones que establecemos, pues básicamente otro tanto de lo mismo. Al final tenemos una gran lista de momentos "cariñosos" con otros, que no sabemos ni dónde clasificarlos. "¿Habrá sido eso una relación?", "¿seguimos siendo "follamigos" o esto ya es otra cosa?", "¿este rollo de una noche es solo eso, no?", "sí, ella es una persona especial, pero nada más"... Y así pues como en ING direct, que cada vez somos más.

Los solteros exigentes, existen. Existimos. La cosa es que no todos andamos buscando a la persona ideal, ni siquiera nos lo planteamos. Quizás sea por una ruptura catastrófica, por mala suerte, o porque somos almas libres que pertenecemos únicamente al cosmos y a nosotros mismos, la cosa es que no nos preocupamos por encontrar a alguien.



Mi frase siempre ha sido "hasta que no llegue una tía por accidente, me dé el patatazo, y me diga "Chuso, de mí no escapas ni por asomo", no creo que me enamore". Y la cosa está dura amigos, porque cuando uno se acostumbra a la soledad, ya no recuerda lo que es el amor, si es que alguna vez lo sintió. Entonces, se levanta un muro más grande que el del norte de Poniente, y el corazón se hiela como si hubieras sido hechizado en Arendelle, pero sin tener que morir.

La pregunta es la siguiente: ¿cuándo te despetrificas?, ¿cuándo dejas de ser un muñeco de nieve, para volver a ser humano? El tiempo ayuda, y conocer a alguien con un lanzallamas también, pero lo cierto es que desconozco la respuesta.
Quizás sea hora de romper un poco la coraza gris que llevas colgando al pecho, de dejar escapar un poco esa vulnerabilidad olvidada. Quizás y solo quizás, ya estés listo para volver a sentir y dejar de evadirte del mundo, de huir de los sentimientos, de sacar tu espada como señal de defensa, cada vez que tu corazón empieza a latir un poco más rápido de la cuenta. Deja que te ruboricen, que te pongan nervioso y hagas patosidades, deja que no seas capaz de gesticular palabra, emociónate y exítate ante la incertidumbre. Disfruta de cada sensación, vive e intenta dejarte enamorar.


Bueno, esta semana me he puesto un poco “cursi-sentimental”, algo imposible en mí y todo ha sido por una reflexión que llevo haciéndome 2 semanas atrás, espero que me perdones. Y ya sabes, si te ha gustado, discrepas en algo, o si simplemente quieres aportar tu opinión, de forma anónima o pública, recuerda que puedes comentar esta entrada, pues toda opinión es válida e interesante. Además puedes colaborar compartiendo esta publicación en tus redes sociales para que tus amigos puedan leerla, y siguiéndome en Twitter (arriba, a la izquierda), donde puedes dejarme ideas sobre las que te gustaría que hablara en el Blog.

Y recuerda, no olvides estar atento a lo que te rodea, siempre puedes aprender algo nuevo ahí afuera.


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