Bueno, sin detenerme mucho más en excusas varias y líos nada relevantes, quiero que esta sea la primera entrada referente a esta nueva experiencia que estoy viviendo, y que además sirva de carta de presentación a las otras que espero seguir publicando, al menos, una vez por semana.
Con todo esto, quiero decir que hoy no voy a detenerme en muchos aspectos y solo voy a contar un poco sobre lo que hasta el momento me ha parecido la isla. Sí, solo eso. De manera bastante, pero que bastante resumida.
En general la isla es muy verde. Sí, verde por todos lados, hasta un lago verde tienen; este verde claramente se debe a la humedad que hay, y aunque digan que siempre está lloviendo, lo cierto es que creo que hasta el momento he tenido mucha suerte, pues el tiempo en general suele ser soleado, aunque tampoco quiero decirlo muy alto, no vaya a ser que el mal tiempo por el que está pasando mi isla se venga ahora para acá.
Otra cosa que he descubierto es que en su mayoría la gente es muy amable y abierta. Además de educada, demasiado en ocasiones. Además, hacer autostop aquí no resulta la cosa más difícil del mundo, aunque también es cierto que conducen un poco como el culo, todo hay que decirlo.
¡Ah, se me olvidaba! También hay vacas, muchas, muchísimas vacas, y piñas, y vino barato.
Y recuerda, no olvides estar atento a lo que te rodea, siempre puedes aprender algo nuevo ahí afuera.


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